HMS Dreadnought |
Pre-dreadnought japonés Mikasa |
El barco, perteneciente a la Royal Navy, fue bautizado como Dreadnought. Era un acorazado (el tipo de buque de guerra de mayor poder de combate y la estrella indiscutible en cualquier Armada que se preciase). Sin embargo la novedad de su diseño radicaba, fundamentalmente, en el predominio de un solo tipo de artillería de grueso calibre.
El anterior concepto de acorazado, cuyo patrón se siguió entre 1890 y 1905, consistía básicamente en buques construidos totalmente en acero y con corazas cada vez más gruesas del mismo material, lo que venía a sustituir a los venerables y ya desfasados Ironclads, cuya principal característica era la de ser naves de madera recubiertas de planchas de hierro o acero. La artillería principal, además, incluía piezas de grueso calibre apoyadas por una constelación de piezas más pequeñas de tal suerte que el navío asemejaba a una enorme plataforma de artillería. Asimismo, la propulsión de estos buques corría a cargo de máquinas de vapor alimentadas por carbón.
La teoría de un acorazado revolucionario ya había sido preconizada por un ingeniero naval italiano, Vittorio Emmanuele Cuniberti (1854-1913), entre 1902 y 1903. Inclusive, por aquél entonces, la Armada Imperial Japonesa había considerado la posibilidad de botar acorazados de artillería gruesa monocalibre pero lo cierto es que los proyectos acabaron en nada y Japón adquirió el estatus de gran potencia después de derrotar a los rusos en Tsushima, el 27 de Mayo de 1905, en el que fue el último choque entre acorazados pre-dreadnoght.
No obstante hizo falta la tenacidad y la claridad de miras de un visionario para que el nuevo modelo de navío ideado por Cuniberti pasase de las mesas de diseño al mar. Este visionario fue el almirante John Jackie Fisher (1841-1920) quien, desde su puesto de Primer Lord del Mar, impulsó una enérgica renovación de la Royal Navy.
Nació así el concepto revolucionario de un acorazado monocalibre que montaba diez piezas de 305 milímetros y que, además, se desplazaba mediante turbinas de vapor, lo que mejoraba considerablemente el rendimiento de las máquinas y aumentaba el desplazamiento. Fisher, además, fue el impulsor del crucero de batalla, otra innovación en la ingeniería naval y fue el más destacado apostol de la sustitución del carbón por el fuel en la Armada Británica.
A partir de entonces las grandes potencias empezaron a construir dreadnoughts en una carrera que, a la postre, dejaría a dos únicos competidores cuyos navíos se enfrentarían en una batalla que el Mundo conocería como Jutlandia. Pero esa es otra historia...
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