Cuando las Provincias Unidas del Río de la Plata obtuvieron la independencia de España, y se convirtieron en la República de Argentina, sus límites territoriales alcanzaban, por el sur, a unos centenares de kilómetros de Buenos Aires. Lo que había más allá sería durante mucho tiempo poco más que una
terra incognita salpicada por un puñado de fuertes cuyas guarniciones malvivían temerosas del
malón, nombre con el que se conocían las incursiones de los indios mapuches, tehuelches o pehuenches (nombres comunes que englobaba a diversos pueblos). Un territorio duro y peligroso que sería el escenario donde se consolidaría la figura del
gaucho, el llanero argentino inmortalizado en
Martín Fierro.
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Caseros |
La propia situación de la joven república, sumida en conflictos intermitentes contra sus vecinos de Uruguay, Paraguay y Brasil amén de una prolongada contienda civil entre los partidarios del federalismo y los del unitarismo retrasó la expansión hacia el sur. De hecho, los pueblos patagones tomaron partido por alguno de los contendientes y su concurso fue, en ocasiones, resolutivo tal y como sucedió con el apoyo que el cacique mapuche Calfucurá prestó a Juan Manuel de Rosas, presidente del país, en la batalla de Caseros (1852) contra las fuerzas imperiales brasileñas, uruguayas y rebeldes de varias provincias argentinas.
Habría que esperar hasta la década de 1870 para que la expansión hacia la Patagonia gozase de un impulso significativo. Ciertamente la situación en el país austral no era la misma que en los Estados Unidos donde la llamada "Conquista del Oeste" tuvo mucho de iniciativa privada toda vez que las compañías ferroviarias, con todas las industrias subsidiarias que aparejaban, y la inagotable fuente de mano de obra que suministraba una emigración constante, supuso un aluvión de población que por simple aritmética, amén de la superioridad tecnológica y armamentística, se impuso con facilidad a los pueblos indígenas.
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Calfucurá |
Mas el modelo de expansión argentino se pareció más al ruso en el Asia Central y Siberia en el sentido de que la fuerza impulsora fue siempre la militar.
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Bartolomé Mitre |
Y no escasearon las campañas en ese sentido pues en Buenos Aires se temía, no sin razón, que aquella enorme porción de territorio se convirtiese en objeto del deseo de potencias europeas (Francia o Gran Bretaña) o incluso de vecinos, como Chile, cuyas fronteras meridionales también se estaban definiendo en aquellos momentos. La década de 1850 fue prolija en acciones guerreras en la frontera mas los mapuches se mostraban irreductibles. Incluso Calfucurá derrotó, en 1855, una expedición al mando del coronel Bartolomé Mitre, quien en 1862 alcanzaría la presidencia del país.
Pero conforme avanzaba el siglo se podía ver que el crecimiento de una Argentina, que había superado las graves crisis de la posindependencia y que empezaba a convertirse en receptor de emigración europea, demandaba más territorios a la par que modernizaba a sus fuerzas armadas para conseguir la sumisión de los indígenas irreductibles. Asimismo, y esto se podía aplicar a otros lugares susceptibles de ser dominados, los indígenas no presentaban un frente unido sino que, por el contrario, viejas disputas y rivalidades propiciaban que algunos caciques, y sus huestes, se uniesen a los blancos en contra de sus hermanos de raza.
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Ametralladora Gatling |
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Cañonera Uruguay |
Así pues, muerto Calfucurá en 1873, Buenos Aires vio llegado el momento de anexionar definitivamente la Patagonia. Varias expediciones dotadas de armamento moderno, que incluía ametralladoras Gatling y cañoneras que remontaron los ríos Negro y Neuquén, llevaron a cabo una guerra, si no exterminio sí de aculturación y asimilación, pues se consideraba al indio como un obstáculo para la expansión de la civilización (blanca).
A mediados de la década de 1880 se había reducido el territorio en poder indígena aunque la expansión de la ganadería vacuna, verdadera fuente de riqueza del país, demandaba cientos y cientos de hectáreas dedicadas a pastos de modo la expansión blanca por la Patagonia, en detrimento de sus pobladores originales, estaba aún lejos de finalizar.Pero esa es otra historia...
La foto de la mal llamada Cañonera Uruguay es en realidad de la Corbeta Uruguay, cuya fama se asienta en el exitoso rescate de la expedicion Nordenskjöld, en la que revistava el Alferez de Marina Dn Jose Maria Sobral, en aguas antárticas. Esto ocurrio en 1902, más de 20 años despues de la Conquista del Desierto. La Corbeta Uruguay era inapropiada para navegar los rios patagónicos. Si lo eran las cañoneras.
ResponderEliminarFede erratas: donde dice revistava debe decir revistaba.
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