sábado, 27 de junio de 2015

La Trilogía de Hobsbawm


La era de la revolución inicia el panorama de la historia contemporánea del mundo que Eric Hobsbawm comenzó con este libro y que ha concluido recientemente con su Historia del siglo XX. El gran historiador británico nos ofrece en esta obra, reconocida como un clásico de la historiografía de nuestro tiempo, una visión global de las transformaciones que tuvieron lugar entre 1789 y 1848, desde la Revolución francesa y el despegue de la industrialización británica hasta la revolución de 1848 y el Manifiesto comunista. Una visión que no se limita a los acontecimientos políticos y a los avances económicos, sino que abarca temas tan diversos como los nacionalismos, las luchas campesinas, el movimiento obrero, las ideas religiosas, la ciencia o las artes.

Crítica, 2001







La era del capital es la segunda parte de ese gran panorama. Hobsbawm nos muestra aquí los años triunfales del ascenso del capitalismo industrial y de la cultura burguesa que van de 1848 a 1875, cuando, apagados los rescoldos de la revolución, se inicia un tiempo de nuevos valores y nuevas perspectivas, de transformaciones sociales, que ve la formación de grandes fortunas y la migración de masas empobrecidas, mientras una Europa sometida al nuevo ritmo de los auges y las crisis extiende sus empresas económicas y su cultura al resto del planeta. Hobsbawm nos habla de los acontecimientos políticos, de la evolución económica y de los hechos culturales en una síntesis vigorosa y original, que hizo exclamar a un crítico: «Por amor del cielo, y para vuestro propio bien, ¡leedlo!»

Crítica, 2001





La era del imperio es la tercera parte del gran fresco de la historia mundial de Eric J. Hobsbawm. El autor nos habla aquí del apogeo y de la catástrofe final de una época: la de la burguesía liberal, que creyó haber construido un mundo de progreso y paz, de grandes imperios civilizadores, de crecimiento económico continuado y estabilidad social, y vio cómo sus esperanzas se hundían en 1914 con el inicio de la guerra más destructiva que jamás hubiese conocido la humanidad. El gran historiador británico no sólo se ocupa aquí de política y de economía, sino de todos aquellos cambios que vinieron a poner los fundamentos del mundo actual: las luchas obreras, la nueva consideración de la mujer, las transformaciones del arte y de la ciencia...

Crítica, 2001

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