Si ha habido un conflicto devastador (en proporción al
número de habitantes y a la cantidad de víctimas) la Guerra Grande, también conocida por Guerra de la Triple Alianza merece un lugar señero en las páginas
de la Historia aunque, por extraño que parezca, es uno de los menos conocidos.
Y es que
los conflictos post-independencia en América del Sur (la mal y tercamente
llamada América Latina) no parecen
gozar de la atención de nadie excepto de quienes allí moran y, en lo que
respecta a la Era del Imperio, solamente la terrible Guerra del Chaco (1932-1935),
que implicó también a Paraguay, parece haber merecido alguna atención.
Así pues
es fácil que se conozca poco o nada de una guerra que duró seis años y que a
punto estuvo de borrar de la faz de la Tierra a una nación (Paraguay) por la
atroz aritmética de eliminar a todos y cada uno de sus naturales. Los
paraguayos lucharon contra fuerzas muy superiores en un terrible antecedente de
lo que habría de acontecer, muchos años y muy lejos de allí, en lugares como
Stalingrado u Okinawa.
En 1864
las naciones sudamericanas llevaban, como mucho, cuatro décadas caminando como
entidades independientes con las dificultades derivadas de un proceso plagado
de rivalidades, fronteras no definidas, y el chauvinismo inherente en estos
casos. A ello habría que sumar la injerencia de la potencia neocolonial, Gran
Bretaña, con grandes intereses comerciales en la zona e, igualmente, interesada
en que la fragmentación territorial del Sur del continente americano, tan
favorable a sus designios, no se alterase.
Francisco Solano López |
Paraguay,
obtenida la independencia de España en la década de 1810, había seguido una
deriva propia que la había mantenido alejado de las dos grandes potencias
emergentes de la zona, a saber: el Imperio de Brasil y las Provincias Unidas
del Río de la Plata (la futura República Argentina). Y a ello hubo de sumarse
la figura del que fuera, durante veintiséis años, gobernante absoluto del país:
Gaspar Fernández de Francia quien instauró un régimen cuasi autárquico basado
en un total y desmesurado aislamiento.
Este
aislamiento, empero, había servido también para que Paraguay quedara fuera de
la Esfera de Influencia británica en
Sudámerica de modo que, asimismo, quedaba fuera de los círculos bursátiles y
especulativos de la City de Londres.
O, dicho de otro modo, Paraguay podía ser considerado el único estado
auténticamente soberano de la región toda vez que se había independizado sin la
"ayuda" de los empréstitos británicos y sin el concurso que los
voluntarios de aquél país habían aportado en Perú, Venezuela, Chile o Argentina.
De tal
guisa, muerto Francia, accedió a la presidencia Carlos Antonio López, a quien
sucedió su hijo Francisco Solano López. Si el padre se había empeñado en
modernizar el país y abrirlo al comercio exterior, creando un emporio basado en
la exportación de productos agrícolas, pero aferrado a una legislación
proteccionista que gravaba sobremanera las importaciones (pero que era la vía
para crear una industria autóctona, tal y como habían hecho los Estados Unidos);
el hijo no le fue a la zaga de modo que para la década de 1860 Paraguay, sin
deuda externa ni tratados comerciales preferentes que castrasen su desarrollo,
era un modelo de expansión económica.
Infantería Paraguaya |
Cierto es
que la fuerte estatalización del país, herencia de la época de Francia y de la
oligarquía familiar que le sucedió, daba poco o ningún crédito a las libertades
civiles; y que López y su hijo actuasen como auténticos déspotas (ilustrados,
eso sí) podía aparecer como una aberración para los apóstoles del comercio
libre y esta es, al parecer, una de las causas que condujeron a la casi
desaparición de Paraguay.
Edward Thornton |
Sea como
fuere la guerra estalló y lo que se preveía una campaña rápida para la
coalición formada por Uruguay, Argentina y Brasil se convirtió en una guerra de
exterminio que se prolongó desde finales de 1864 a principios de 1870.
Y el término
exterminio puede emplearse sin asomo de grandilocuencia porque lo que aconteció
al pueblo paraguayo durante aquellos terribles años fue una verdadera
catástrofe, tal y como lo cifra el hecho de que una población que se calculaba,
aproximadamente en millón y medio de almas en 1864 quedase reducida a entre
doscientas y trescientas mil, de las cuales el número de varones sería inferior
a treinta mil.
De lo
terrible y cruenta que fue aquella guerra da fe que Solano López llegase al
extremo de reclutar niños y su renuencia a poner fin a la guerra. Si bien se
puede considerar su actitud como de resistencia al invasor y de dignidad ante
la injerencia extranjera; no es menos verdad que la visión de un déspota, para
el que la frase "Tras de mí, nada" sería un digno epitafio, no
entendería de otra cosa que no fuese el triunfo o la muerte.
Niños soldados paraguayos. |
Y muerte
es lo que sufrió Paraguay. Muerte y destrucción simbolizadas, tal vez, en la
mal llamada batalla (el término exacto es masacre) de Campo Grande (o Acosta
Ñú) librada el 16 de Agosto de 1869 entre cuatro mil paraguayos, en su mayor
parte niños cuyas edades oscilaban desde los nueve a los quince años, y las
madres de éstos, que no se sustrajeron de participar en el combate para
proteger a sus vástagos; y veinte mil brasileños, muchos de ellos veteranos. Ocho
horas aguantaron los paraguayos que, finalmente fueron barridos. No se concedió
cuartel y centenares de críos fueron pasados a la bayoneta.
Y, tal
como suele suceder en estos casos, la guerra no acabó hasta que un embrutecido Solano
López no encontró la muerte, junto a miembros de su gabinete, su propio hijo
Juan Francisco Panchito Solano López,
coronel de diecisiete años de edad, y una agotada masa de cuatrocientos combatientes
en un paraje llamado Cerro Corá el 1 de Marzo de 1870.
La reconstrucción
de Paraguay, mutilado territorialmente por sus vecinos y esquilmado a base de
reparaciones de guerra sangrantes, fue posible gracias a préstamos británicos.
Tropas brasileñas |
Campo Grande, visión idealizada. |
La guerra no fue ajena... pregunten a los Correntinos que la tuvieron largos meses en su territorio. Si fue inútil. Creo a la luz de la actualidad que sí. Pero opinamos por el resultado y debemos entrar en esa época y ver que pasaba allí. Opinar y condenar hoy es fácil. Pero opinar como lo hicieron Alberdi y José Hernandez en esa época es más valioso, porque estaban viviendo la actualidad de la guerra.
ResponderEliminarRespecto a que si Paraguay tenía el primer ferrocarril, el primer telégrafo y las primeras fábricas, eso es un mito, porque se dice la verdad a medias. El primer ferrocarril lo tuvo un país que ya no existe, el estado de Buenos Aires (hoy parte de la Argentina Moderna, en 1851, y la Porteña comenzó a caminar en 1853. Pero Paraguay lo tuvo en 1858 como estado unificado fue el primero, aunque solo tenía 30 kilómetros de extensión y dos locomotivas (abuelas de las locomotoras) iba de Asunción a Paraguarí con una extensión a Cerro León, donde los Lopez tenían eso sí el mayor campamento militar sudamericano con capacidad para albergar 10 mil soldados movilizados. Este campamento lo comenzó a edificar Carlos Antonio Lopez en 1858 bajo el lema napoleónico: "si quieres la paz prepárate para la guerra", también edificó la fortaleza de Humaitá, y los fuertes de Curuzú y Curupaytí, luego famosos por ser usados en la Guerra a partir de 1865. También compró dos barcos del tipo monitor y construó variios lanchones artillados. En la aseria paraguaya construida en Humaitá por ingenieros británicos que también hicieron los fuertes, como el Coronel Tompson que dejó unas interesantes memorias, se fundieron varios cañones de gran volumen como el Cristiano hecho con el bronce de las campanas de las Iglesias. Paraguay tenía antes de la guerra un ejército de 30 mil hombres que durante el conflicto llegó a 60 mil para luego destruirse y ser destruido completamente. Todos estos preparativos los hicieron los presidentes López padre y López hijo, antes de la guerra pero los utilizó hasta la aniquilación por parte del enemigo, Solano López. Paraguay en una campaña relámpago tomó el Mato groso brasileño a fines de 1864 y la ciudad de Corrientes y luego toda la provincia del mismo nombre a principios de 1865. También tomó Uruguayana en territorio Brasileño y sus avanzadas llegaron cerca de Bella Unión en territorio uruguayo, aunque no entraron en ese territorio uruguayo. En 1866 las tropas de la Triple Alianza contra atacaron invadiendo el Paraguay cuando ya sus ejércitos habían evacuado Corrientes y se habían rendido en Uruguayana. Aquí empezó la etapa de la guerra en que a mi entender Argentina no debería haber entrado, pero el tratado secreto impidió que haga la paz por separado y la guerra siguió varios años bajo la batuta de Brasil y la tutela de Gran Bretaña. Creo que la historia hay que contarla toda, porque da más elementos para emitir un juicio, ya que los argentinos somos un pueblo instruido. No hace falta contar solo una parte para ocultar la otra, mejor la verdad aunque sea terrible.-
Respecto a la foto niños soldados paraguayos. Es de la guerra civil colombiana denominada de los mil días y terminada en 1899. En varios sitios figura como foto de niños soldados paraguayos pero es un error. Pablo Etchevehere historiador.
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